Tú el mar, Yo la luna.
Sola, Sentada en la orilla pensativa, sonríe internamente con la mirada entreabierta fijándose en el horizonte. Y Sin darse cuenta, de repente, aparece él en su mente. Sofocada por las últimas palabras: Eres como el mar, se afirma a sí misma. Por eso me vuelves loca: a veces te entiendo calmado, silencioso, rítmico, lleno de…