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    Loco de Remate.

    6 años ago · · 0 comentarios

    Loco de Remate.

    Busca algo que te vuelva loco. Pero LOCO DE VERDAD… loco de manera inimaginable. Que te cueste trabajo hasta explicarlo, que al intentarlo la mirada se te nuble, la desvíes y… mientras narras y cuentas lo que haces, las palabras se llenen de experiencia, de sensaciones de vida, de ilusión, de motor…

     

    Busca algo que te vuelva LOCO DE REMATE. Que de vez en cuando, inviertas tiempo en ello y que después… te haga viajar con los ojos cerrados cuando lo necesites. Que te dé alas y te traslade ahí, justo ahí…

     

    Busca algo que te vuelva loco y HAZLO. Invierte tu tiempo. Que parte de tu vida sea eso… que no se quede en un sueño… no!

     

    Porque… sí… nos vamos haciendo mayores, nos toca vivir experiencias ácidas, amargas, hasta insulsas… porque así esta hecha la vida, de todo tipo de sabores. Y tenemos que seguir adelante afrontando con fuerza todo tipo de ingredientes, hasta la peor digestión.

    Y aunque la vida rompa en ocasiones todas tus ilusiones, sigue soñando, ¿sabes por qué? Porque si no te ilusionas, si no sueñas, si no amas,  si no haces… ¿qué clase de vida estás viviendo?

    Esto es así: te caes, te levantas, te vuelves a caer. Y mientras todo esto sucede y vas creciendo, eso que te vuelve loco de remate, te va dando alas para levantarte. Siempre será tu mejor aliado y tu gran apoyo.

     

    Sonríe, comparte, se agradecido por lo que realmente eres y siéntete afortunado de poder contar con una vía de escape tan potente, tan energéticamente fuerte.

     

    Pero HAZLO, que no se quede en un sueño!!

    Tenemos Miedo.

    6 años ago · · 0 comentarios

    Tenemos Miedo.

    Evitamos expresarnos por miedo a las consecuencias.

     

    Tenemos miedo a lo que piensen de nosotros, a que dejen de querernos o aceptarnos o cuidarnos o alabarnos. Nos chantajeamos así a nosotros mismos poniendo a otros como escusa. Nos prostituimos para poder mantenernos en una prisión que llamamos amor.

     

    Tenemos miedo a estar expuestos, a brillar arrogantes y felices y… al encerrarnos, empobrecemos el mundo.

    Tenemos pudor por dar, sin saber que así robamos eso que no damos.

    Tenemos miedo a sentirnos plenos, no vaya a ser que así termine todo… cuando la plenitud es solo el principio que solemos postergar de por vida.

    Tenemos miedo a la hoja en blanco, como si nuestra autenticidad pudiese errar o manchar, cuando es la represión y la indecisión lo que nos intoxica… cuando la alegría es la sagrada imperfección y la luz y la gestión del desastre.

    Tenemos miedo a nuestra luz, no vaya a ser que veamos todo lo que nos prohibieron ver, y nos regañen y nos castiguen sin poder jugar como monos amaestrados que no se saben libres.

    Tenemos miedo a nuestro genuino saber, no vaya a ser que nos suspendan el examen por no repetir como loros las mismas idioteces que nos dañaron.

    Tenemos miedo a nuestro fuego, no vaya a ser que arda al fin todo lo que no somos y salgamos volando.

    Tenemos miedo a nuestro placer, no vaya a ser que se molesten quienes sacrifican el suyo y nos ataquen y persigan para amordazarnos dándonos así toda la fuerza que nos quitaron para educarnos.

    Tenemos miedo a todo lo que anelamos, a todo lo que late en nosotros y clama por ser reconocido y expresado.

     

    El miedo representa ese deseo.

    El miedo no es nunca el problema, es la solución.

    Ponemos el miedo como escusa porque no sabemos utilizarlo.

    Es imprescindible follarse al miedo para tomar consciencia de nuestra inevitable creatividad.

    El orgasmo es la trascendencia del miedo, es la explosión de la que naces.

    Si no hay desobediencia, no hay magia ni placer.

     

    Tenemos miedo. Tenemos un regalo.

     

    Por David Testal