6 años ago · Sara Ortega · 0 comentarios
No soy un ser inerte, prefiero ser valiente.
Llega un día que decides poner fin.
Dejas atrás tu habitación, apagas la luz de la mesilla,
vacías tu armario, dejas de usar tu vajilla.
Dejas atrás el olor de tu casa, el sonido de la madera al cruzar el pasillo
que tantos pasos has compartido.
Llega un día que, acabas capítulo para comenzar uno nuevo pero,
con lápiz a estrenar
sin goma de borrar.
Llega un día que convencida, cierras la puerta y, al dejarla atrás
caminas hacia delante sin titubear,
tranquila, serena, con alas gigantes para avanzar.
Me agarro a la vida: dejo trabajo, dejo ciudad
sabiendo que a la vuelta de la esquina están.
Ayer se convirtió en hoy,
y aquí estoy,
con ilusión.
Sabiendo que gran parte de lo que soy viene de atrás:
de lo que fue y siempre será.
Yo me niego a mantenerme quieta e inmóvil
por comodidad o conformidad.
No soy un ser inerte,
Prefiero ser valiente
y… hoy más que ayer
grito al cielo GRACIAS por hacerme entender
que no hay que temer:
que por mucho que tuviera construido
se puede volver a nacer
y, SIEMPRE con más fuerza y sabiduría que ayer.