Solicita una cita
Hoy es el primer paso. Contáctame para organizarnos.
Llámame al:
(+34) 679 180 542
Envía un mail:
saraortegacordero@gmail.com
Hoy es el primer paso. Contáctame para organizarnos.
Llámame al:
(+34) 679 180 542
Envía un mail:
saraortegacordero@gmail.com
La infancia tiene una especial importancia en el desarrollo del ser humano y, en función de cómo la vivamos, seremos de adultos. Atiendo ciertas patologías o problemáticas asociadas a estas edades, por lo que este área está dirigido a que el niño y el adolescente tenga un espacio para él, donde se sienta especial y libre en la expresión de sus emociones, como primera fase de intervención.
La no expresión emocional y el no poder entender muchas veces lo que ocurre alrededor, hace que los niños sufran en silencio, y esto va a originar problemas emocionales y académicos.
Potenciar la expresión emocional en los niños y adolescentes, ayudarles a entenderse, comprender los motivos de su malestar y los efectos que estos producen dentro y fuera de él, hacen que adquieran mayor seguridad, fortaleciendo su autoestima, potenciando la motivación al cambio, enfrentándose a los miedos, frustraciones, potenciando sus habilidades personales y sociales.
El proceso se inicia con una valoración del caso, en el que participe el menor, los padres o tutores legales, otros familiares allegados etc., en caso de que se considere necesario, otros profesionales como profesores, médicos, etc…
Tras una evaluación, se estima la intervención psicológica o psicopedagógica adecuada. Mantengo el contacto con su entorno más cercano, salvaguardando la intimidad y confidencialidad del menor, ya que los posibles cambios que se produzcan en él tienen que tener la misma dirección en los diferentes contextos. Por lo que el asesoramiento familiar, siempre que se trabaja con menores, es necesario.
*(Orientándome desde un enfoque de rigurosidad científica cognitivo-conductual, y de otras orientaciones teórico-prácticas, según las características, necesidades y demandas particulares de cada persona).
En muchos casos, sobre todo cuando se trata de menores, considero necesario y conveniente involucrar no sólo a la familia, sino al entorno escolar y relacional del niño o adolescente, por lo que procuro mantener un contacto, si es posible, con dicho entorno (profesores, tutores, amigos…) trasladándome cuando es posible al entorno físico en que los problemas o conflictos tienen su aparición. En ocasiones, el trabajo psicológico y educativo, de manera aislada, no es suficiente y es necesario trabajar con otros profesionales: psiquiatras, médicos, pediatras o personal docente. En estos casos mantengo un permanente contacto fluido con dichos profesionales, para lograr entre todos los mejores resultados finales.