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    ¡Que no te cuenten cuentos! Sales perdiendo…

    5 años ago · · 0 comentarios

    ¡Que no te cuenten cuentos! Sales perdiendo…

    ¿Qué hemos venido a este mundo a ser felices? ¡Que no te cuenten cuentos!

    Sí… hemos llegado a este mundo sin previo aviso (a propósito) sin que nos preguntaran antes si queríamos venir… y de repente y, a medida que vamos creciendo, qué difícil es en tantas ocasiones, injusto en otras, incluso cruel me atrevería a decir, en otras muchas.

    Hemos venido a este mundo a vivirlo a pesar de los obstáculos, de las dificultades y si de algo estoy segura es… que somos seres con un don oculto. No te engañes… Tiene que haber sombras, oscuridad, tinieblas, gritos, miedo.

    Y es que detrás de cada momento turbio, de cada época difícil hay algo que nos enseña a vivir con más fuerza, con más entereza, con más sabiduría. Toda época, todo momento difícil pasa, no temas, ahí no te vas a quedar para siempre, nada es eterno.

    Pero ya que estamos… si nada tremendísimo está ocurriendo, ¡no te quejes!, sales perdiendo….

    Aprendamos a ser protagonistas activos de esta gran aventura, creámosnos directores de ella y aprendamos a ser observadores imparciales para así recordar la magia de poder elegir cómo nos queremos sentir, confiando además que nada es estático y que todo acaba pasando.

     

    Suena el despertador. Abro los ojos y tras respirar conscientemente ubicándome de nuevo en las cuatro paredes que me abrazan todas las noches, me despierto ilusionada por todas las cosas que tengo que hacer antes de que el sol caiga.

    “Hoy puedo quejarme porque en un rato tengo que ir a la escuela

    o puedo abrir mi mente, mirar más allá, y agradecer al cielo que gracias a esta oportunidad podré nutrirme de nuevos conocimientos, dándome así la opción del día de mañana escoger qué trabajo quiero ejercer.

    Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar

    o puedo pensar agradecida que acudiendo a mi trabajo hoy puedo vivir donde vivo, comer lo que como y disfrutar de lo que compro.

    Hoy puedo sentirme agobiado porque mis finanzas han bajado

    o puedo mirar con confianza lo que me queda, asumiendo que gracias a esta situación aprendo a planear futuras compras desde la razón.

     Hoy puedo lamentarme de nuevo sobre la oscuridad de mi salud

    o puedo con fuerza y lucha agarrarme a la vida a pesar del dolor y, dibujando con energía y tesón, subirme al barco de la vida proyectando otro color.

     Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo

    o puedo asumir sonriendo que ya no soy ese niño, y que gracias a lo que tuve y me faltó, hoy soy ese ser independiente con un futuro por delante para crear con libertad.»

     Tenemos la magia de poder aprender a escoger qué tipo de día queremos tener o quedarnos en la queja pasiva y autocompasiva, pensando que no hay opciones en la vida.

     

     

     

    No soy un ser inerte, prefiero ser valiente.

    6 años ago · · 0 comentarios

    No soy un ser inerte, prefiero ser valiente.

    Llega un día que decides poner fin.

    Dejas atrás tu habitación, apagas la luz de la mesilla,

    vacías tu armario, dejas de usar tu vajilla.

    Dejas atrás el olor de tu casa, el sonido de la madera al cruzar el pasillo

    que tantos pasos has compartido.

     

    Llega un día que, acabas capítulo para comenzar uno nuevo pero,

    con lápiz a estrenar

    sin goma de borrar.

     

    Llega un día que convencida, cierras la puerta y, al dejarla atrás

    caminas hacia delante sin titubear,

    tranquila, serena, con alas gigantes para avanzar.

     

    Me agarro a la vida: dejo trabajo, dejo ciudad

    sabiendo que a la vuelta de la esquina están.

     

    Ayer se convirtió en hoy,

    y aquí estoy,

    con ilusión.

    Sabiendo que gran parte de lo que soy viene de atrás:

    de lo que fue y siempre será.

     

    Yo me niego a mantenerme quieta e inmóvil

    por comodidad o conformidad.

     

    No soy un ser inerte,

    Prefiero ser valiente

    y… hoy más que ayer

    grito al cielo GRACIAS por hacerme entender

    que no hay que temer:

    que por mucho que tuviera construido

    se puede volver a nacer

    y, SIEMPRE con más fuerza y sabiduría que ayer.

    El placer de perderse.

    6 años ago · · 0 comentarios

    El placer de perderse.

    Y aquí estoy yo, borracha de luz, sentada en la orilla de alguna playa dejando que las olas golpeen mi cara, mientras no pienso en absolutamente nada.

    Aquí estoy yo, deseosa y brutalmente adicta a querer dejar todo de lado, aunque sea por un rato.

     

    No pienso en la alarma de las 8:38 de la mañana. No pienso en la prisa de salir de casa. Ni en los atascos. Ni en qué narices hacer con el dinero de los bancos.

     

    No pienso en responder los emails de las agencias de viajes ofreciéndome ofertas que nunca compraré. No pienso en mi madre, ni en mi padre, ni en la bella persona que algún día perderé.

     

    No pienso en la bazofia que nos ofrece la parrilla televisiva con todos sus políticos de plástico o Sálvame de asco… porque si ahí me quedo un poco, se me avergüenzan los oídos y se me derriten los ojos.

     

    No… aquí no hay espacio para nada inútil.

    Aquí estoy yo, el mar y su afán de conquistarme el alma.

     

    Y… ahí detrás de mi, en la arena seca, está el resto, reposados en sus toallas preguntándose ¿qué narices hace esa tarada sentada en la orilla dejando que las olas la golpeen la cara?

     

    Y es que es una lástima que haya entes que desconozcan el placer de poder, de vez en cuando, perderse.

    Burbujas transitorias de locura real.

    6 años ago · · 0 comentarios

    Burbujas transitorias de locura real.

    Esto ocurre en sesión, en la vida y no entiende de edades:

    «Todo fluye en perfecta armonía, a su debido tiempo… en plena sintonía.

     

    Proyección. Creación. Diseño vital sin necesidad de control excesivo, dejando espacio a la incertidumbre, altas dosis de aventura y, burbujas… burbujas de magia, burbujas de tiempo.

     

    Hasta el momento sensación de enraizamiento, solidez, hasta me atrevo a decir, certeza eterna… así camino, segura y firme.

     

    Todo fluye en perfecta armonía, a su debido tiempo y en plena sintonía… y de repente y de la nada… en medio del ruido y de la agitación, sintiendo paz en mi interior,

     

    VUELO

    QUE SI VUELO

     

    Ahí estoy, en una burbuja. TU BURBUJA.

     

    Qué bonita e inquietante la magia, qué tranquilidad que sea de tiempo… si entiendes de burbujas…».